Hombres y mujeres: La equidad no es igualdad

Las mujeres no somos iguales que los hombres y los hombres no son iguales a las mujeres. Las mujeres no somos mejores que los hombres y los hombres no son mejores que las mujeres. Ambos somos humanos, pero cada sexo comparte una base común a la hora de estar ante uno mismo, ante el mundo y los demás. Y luego, por supuesto, hay muchísimos matices diferenciales en cada caso que crean la individualidad.

Las mujeres somos cíclicas, profundas, cambiantes, nacemos y morimos cada mes, nos renovamos, tal vez por eso tenemos el privilegio de mojarnos y llegar hasta el fondo de las cosas, porque somos capaces de resurgir. Los hombres son más estables y planos, viven desde otro estrato, tal vez más superficial, ni mejor ni peor que el de las mujeres. Mantenerse ahí les permite orientarse hacia el exterior. Su fuerza es la acción, es la lucha, la competitividad, la defensa, es la vida hacia fuera. La nuestra, la sabiduría y la experiencia profunda, la magia, el misterio, la fuerza receptiva.

El vínculo entre hombres y el vínculo entre mujeres tampoco tiene nada que ver. En su forma más esencial y produnda, si dejamos a un lado las intrigas egoícas en que a menudo tanto hombres como mujeres andamos enredados, los hombres viven la relación con otros hombres compartiendo lo que hacen, lo que les gusta, retándose, bromeando, jugando y peleando juntos, ensuciándose, juntos. Ellos suben a la montaña y bocean en el borde del volcán. Las mujeres se acompañan, se acogen y cuidan unas a otras, se unen en el fondo del volcán, en un magma común donde cantan y danzan juntas, se bendicen y se lavan, invocan y escuchan.

Esto no quiere decir que las mujeres habiten o deban habitar sólo paisajes interiores y los hombres vivir sólo en el exterior, pero es cierto que tenemos mucha herencia generacional en ese sentido, una herencia que no sólo son creencias a destruir sino una herencia a explorar, reconocer y validar en la medida que cada uno libremente quiera, una forma diferente de funcionar, sin más. " Un perro es un perro y no es un gato; Un gato es un gato y no es un perro", ni falta que les hace.